Parece increíble la cantidad de veces que los jefes de las empresas se quejan por perder a sus mejores empleados, y tienen un buen motivo para quejarse: pocas cosas hay más costosas y perturbadoras para una empresa que perder a personal cualificado.
Los jefes tienden a culpar de sus problemas de gestión a todo lo que se mueve, ignorando el meollo de la cuestión: la gente no quiere deshacerse de su puesto de trabajo, lo que quiere es deshacerse de su jefe.
Lo triste es que esto puede evitarse fácilmente. Lo único que se necesita es una nueva perspectiva y un esfuerzo extra por parte del jefe.
Más de la mitad de las personas que dejan su puesto de trabajo lo hacen por la relación que tenían con su jefe. Las empresas que actúan con más inteligencia se aseguran de que sus directores sepan mantener un equilibrio entre la profesionalidad y la humanidad.
Pero... ¿Qué sucede con esos trabajadores que logran escapar de un jefe tóxico?. En algunos casos cambian directamente por otro trabajo en el que se sentirán más valorados, motivados, con unas expectativas mejores (económicas, promocionales, de proyecto, etc.). Pero ¿y si marchas y necesitas encontrar un empleo?.
La realidad de muchos buenos trabajadores, con un mal jefe, es que su sombra en muchas ocasiones es demasiado alargada y su rencor demasiado grande (hay un ego dañado y no lo va a superar tan fácilmente).
Hay jefes que son excelentes comerciales, con un networking excelente, con unos contactos de primera clase y con una alta capacidad comunicativa, pero sólo de puertas para afuera. Lo que dificulta mucho a un trabajador el poder deshacerse de ese entorno en el que no quiso estar y de ese exjefe despechado que hará lo que sea para que se arrepienta.
En lo personal yo mismo fui testigo de esta realidad cuando el director al que reportaba, al marchar voluntariamente debido al mal ambiente que existía y un entorno realmente tóxico (compañeros que lloraban en el puesto, burlas de los senior hacia los junior, alto nivel de rotación, despidos injustificados, etc.), se dedicó a llamar a los empleadores posteriores para hacer que me despidieran (información que se me reveló por un compañero al que le facilitaron la información), para evitar conflictos le hicieron caso y me echaron al mes de estar trabajando. Lo intentó con los siguientes, pero fueron lo suficientemente valientes como para defender mi persona y empeño (Juanjo Planes siempre será un mentor y amigo para mí).
Un % de trabajadores que no superar un periodo de prueba, afirma que el motivo de despido se ha debido a llamadas de sus antiguos empleadores, a sus actuales empleadores, sobre todo si son del mismo sector o área, contando mentiras o tergiversando la realidad para perjudicarles.
Por desde Kaizen Talent os animamos a realizar 3 actividades durante la búsqueda de empleo.
Sed francos durante la entrevista y comentad la realidad acerca del último empleador y de que efectivamente las referencias no serán buenas, ya que no hubo encaje profesional.
Avisar a vuestros referentes por si les llaman y dad alternativas.
Nunca marchar mal, ya que nunca sabes qué clase de ego estás hiriendo y como va a responder posteriormente.
No avises de tus incorporaciones a antiguos compañeros, ya que podrían filtrar esa información, al menos no durante los primeros meses, hasta que tu actual empresa te conozca y se fíe de tu profesionalidad.
Pero recordad que siempre habrá un peligro acechando en las sombras, "el jefe despechado", al igual que una pareja despechada intentará que no seas feliz y que te arrepientas por haberle abandonado (sin dejar que sea el o ella quien te despida previamente).
Comments